Érase una vez, en un reino muy lejano, todo era verde y frondoso. Los unicornios paseaban entre los árboles y los elfos y humanos vivían en paz y armonía con su entorno. Sin embargo, en un claro parcialmente escondido por los árboles, oculto por un creciente velo de niebla, en la turbia oscuridad de una vetusta choza, una figura se encorva sobre una inquietante bola de cristal brillante. Una voz masculla y canta fórmulas antiguas, urgiendo a las ondulantes nieblas del interior del cristal a separarse y permitir un vistazo al futuro.
"Todo está en flujo, nada parece cierto. Venid, oh, caprichos del espacio y el tiempo, apartad el velo y mostradnos lo que se avecina”, gruñe la voz con el indicio de un ojo reflejándose vagamente en el brillo de la parte delantera de su capucha. La audiencia de la figura, apenas visible en la penumbra, se inclina hacia delante y escucha atentamente. "El tiempo fluye y fluye, formando charcos y arrugas... pero cuando las nieblas se separan, solo vagas imágenes se alzan más allá del velo. Shhhh... no os acerquéis demasiado. No querréis alterar mis delicados tejidos mágicos, ¿no?” La figura, aún inclinada sobre el orbe, masculla y espanta a la otra un poco más hacia las sombras. "Ah, ahora parece estar aclarándose un poco. Veo... algo... varios algos, indicios de voces que hacen eco en la bruma. Un bebé, algo ocurriendo en la Colina Condena y la reunión del Consejo de Mocos... ¿qué podría significar esto?”
Con un destello, la luz reflejada en el ojo se vuelve roja y una risa malvada y distante retumba por el bosque. ¡Seguid atentos al regreso del Mal Presagiador!
El Mal Supremo y su esbirro *tos* de confianza, la elfa oscura Thalya, regresan en Dungeons 4 tras los acontecimientos de su fabuloso predecesor para traer el triunfo sobre las fuerzas del bien una vez más.
Construye una mazmorra cómoda y acogedora para cubrir las necesidades de tus criaturas y gobernar sobre ellas y luego envíalas al Mundo exterior para recordar amablemente a la buena gente que vive allí que el Mal Supremo gobierna sobre sus tierras. Reúne tu Maldad de formas nuevas y dinámicas y desátala sobre los verdes y frondosos bosques y llanuras del Mundo exterior para convertirlos al lado oscuro. Pero asegúrate de que tu mazmorra esté bien protegida por trampas y defendida por tus criaturas, ya que esos malditos exteriores no van a quedarse de brazos cruzados mientras conviertes sus tierras en el paraíso vacacional más placentero del Mal Supremo.
¿Pero qué es ese ruido? “¡Oro, oro, oro y gemas, oro y gemas y oro!” El ancestral cántico retumba por todo el inframundo, acompañado por el entrechocar del acero de martillos y hachas. Los enanos han llegado para reclamar su parte de los abundantes recursos y, junto con los elfos y humanos del Mundo exterior, envían a sus partidas de expedición para encontrar el corazón de la mazmorra.
Dungeons 4 mantiene el espíritu de su predecesor, pero todo es ahora más grande, mejor y con aún más Maldades™ dinámicas.